Lo primero de todo: TODOS SENTIMOS HAMBRE EMOCIONAL, y es algo natural, el problema es cómo lo gestionamos, no hay que controlarlo sino entenderlo. 😊
Distinguimos entre hambre fisiológica y hambre emocional.
⚡ El hambre fisiológica es un indicador biológico del cuerpo ante la necesidad de nutrirse, debido a la escasez de alimentos o energía.
😰 El hambre emocional lo provocan causas emocionales, puede ser ocasionada por la tristeza, el aburrimiento, el estrés, la baja autoestima… es repentino, a deshoras y busca alimentos concretos que te da placer comer, para satisfacer otras necesidades o deseos que tenemos. A veces sientes que podrías seguir y seguir… sin saciarte y, después, nacen sentimientos de culpa, pensamientos sobre “la fuerza de voluntad” … Es una manera de distraernos ante nuestros propios sentimientos, de evadirse.
👉 La podemos trabajar desde la autoaceptación, entrenándose a la tolerancia a la frustración, desarrollando la motivación necesaria para afrontarlo… existen muchas herramientas y estrategias.
✨ CONSEJOS
➡️ Haz introspección, autoobservate, conoce lo que estás haciendo, haz consciente los comportamientos automáticos. Apunta lo que ingieres, dónde y a qué hora, cantidades, en presencia de quién o nadie… qué estado de ánimo experimentas en ese momento… te sorprenderás muchísimo.
➡️ Come conscientemente, céntrate en una alimentación positiva basada en comida real, evita comer directamente desde el envase, cocina, establece horarios regulares de comidas…
➡️ Anticípate a los antojos y busca otras actividades que te sean agradables, muévete, establece rutinas de relajación con la meditación, yoga, y duerme mejor.